Sorpresa E Incredulidad Sintieron Los Pescadores Al Descubrir ¡Ésto!
El ir diariamente de pesca es un trabajo duro. Te tienes que levantar realmente temprano, preparar todo lo que tienes que llevar y luego quedarte hasta lo más tarde posible mientras luchas contra el cansancio. Aquellas personas que lo hacen para vivir son las más apasionadas que podrás conocer.
Para estos tres amigos pescadores, su día rutinario de pesca se convirtió en una increíble misión de rescate. Cuando visualizaron una extraña situación encima de un iceberg, no sabían no lo que era, pero entendieron que debían actuar. La historia a continuación te emocionará.
Todo comenzó con un bote
Mallory Harrigan, Cliff Russell, y Allan Russell siempre amaron el irse de pesca juntos. El trío amaba tanto la actividad que adquirieron un barco para comenzar su propio negocio comercial entorno a la pesca.
Al vivir en Canadá, supieron que clase de peces podrían obtener y qué era lo que el mercado local y restaurantes estarían interesados en comprar. Lo que no sabían que le esperaría era lo que ocurrió cuando comenzaron a pescar todos los días en busca de que su negocio prospere.
Más que un negocio
Cliff, Mallroy, y Allan eran más que compañeros de negocios. Ellos eran amigos, y se ayudarían entre sí para transitar aquellos días largos y difíciles que les esperaban. Su nuevo negocio pudo haber puesto en peligro su amistad, pero nunca la perdieron.
Cada día, luego de horas en alta mar, volvían a sus hogares con marcas y moretones en sus cuerpos. Ninguno de ellos se lamentó por ello y nadie abandonó el trabajo. Ellos se amaban y estaban expectantes por presentarse a trabajar el día siguiente.
Una mañana marcada por el destino
En la mañana que cambiaría la vida de estos amigos para siempre, Mallroy estaba especialmente entusiasmada. Ella no sabía lo que el destino le tenía preparado, pero ella tenía un sentimiento positivo especial y se presentó antes de lo debido para preparar la embarcación.
Cuando todos arribaron, el trío corroboró lo que necesitaban previo a salir a navegar. Era imperativo que contaran con todo lo que necesitaban junto a ellos en el barco. El tener que volver a la costa luego de que soltaran amarras podría costarle horas de pesca.
Hora de partir
El preparar el barco era la parte más sencilla. Ellos disfrutaban porque bromeaban y se contaban historias entre sí. Puede que hayan sido viejos amigos, pero cada mañana era como una reunión de esas que provocan los ex alumnos cada 10 años.
La próxima parte podría ser descrita como "la calma antes de la tormenta". El agua estaba calma como casi siempre mientras el barco se despegaba algunas millas de la costa canadiense. Ellos sabían cual era el lugar perfecto para atrapar cangrejos en la costa de Canadá.
Soltaron las redes
Una vez que alcanzaron su destino, los amigos apagaron el motor del barco y dejaron que navegara por sí mismo. Aquel lugar era perfecto y siempre estaba colmado de cangrejos. Arrojaron al agua sus redes y dejaron que las jaulas cayeran hasta el fondo del mar.
Era el final de la época de cangrejos y mientras que las semanas previas habían sido realmente provechosas, esperaban lograr una buena cantidad aquel día también. Desde que habían comenzado su negocio, aquel año había sido el más exitoso. ¿Podría ser aquella su pesca más gloriosa?
La primera captura era señal de lo que les esperaría
Con sus jaulas en el fondo del mar, uno de ellos dirigió el bote mientras los otros dos controlaron las líneas que sostenían las jaulas para que no se enreden. Conocían la rutina como la palma de su mano.
Al momento en el cual las primeras jaulas fueron retiradas, no podían creerlo. Aquel lugar había dado nuevamente una cantidad asombrosa de cangrejos y parecía que aquel día iba a ser el mejor de todos. Ellos chocaron sus manos en señal de celebración, vaciaron sus jaulas y se prepararon para realizar todo el proceso nuevamente.
Se trasladaron a una nueva zona
El día transcurría realmente de manera asombrosa. Allan, Cliff y Mallroy supieron que tenían la chance de romper su propio récord de cacería de cangrejos. Al acabar en su primera zona, dieron vuelta el barco y se dirigieron a aguas más frías.
A medida que se alejaban aún más, más peligroso se volvía la aventura. Colonias de focas podían ser visualizadas descansando encima de icebergs y los pájaros ni siquiera sobrevolaban la zona. Por más bella y serena que era la escena que se les presentaba, también estaba repleto de sorpresas y peligros desconocidos.
¡Un iceberg enfrente!
Icebergs gigantes flotaban de manera errática en el Mar Labrador. Esta no era una zona en la cual confiarse del piloto automático cuando se está pescando. Un desvío erróneo podría convertir un día de pesca en una situación realmente complicada.
Allan era el encargado de corroborar que todo estuviese bien cuando de repente logró visualizar algo a la distancia en la parte superior de un iceberg. Él se lo marcó a Cliff y a Mallroy. Ninguno de ellos pudo descifrar qué es lo que era. Mallroy pensó que probablemente era una foca que había nadado lejos de la colonia.
Allan no podía dejar de mirar a la foca
Cliff se alineó con la teoría de Mallroy. Durante sus aventuras juntos, habían visto una cantidad inmensa de animales que salían de las aguas congeladas. No era nada extraño para ellos, por ende, ¿por qué Allan estaba actuando de manera extraña?
Él probablemente no podría decirte la razón, pero sí sabía que existía algo encima del pedazo de hielo que le devoraba la atención. Les comunicó a sus amigos que aquello no se movía como una foca y que quedó escéptico. Ellos tomaron sus binoculares y no pudieron hacer otra cosa que concordar con Allan.
Se acercaron
A pesar de que sabían que debían continuar pescando, la curiosidad se apoderó del grupo. No podían apartar su atención de lo que fuera que estaba encima y en solitario en aquel iceberg. Decidieron acercarse.
A medida que el barco se acercó, el viento se volvió más frío. Luego notaron que había piel encima del animal. Para su susto, aquel pelaje estaba mojado. ¡Aquel pobre animal se estaría congelando! Hasta no saber con qué estaban lidiando, decidieron posponer su exploración de pesca.
La investigación
Los amigos se aproximaron a la zona de manera cautelosa. No sólo que no sabían que clase de animar podrían haber encontrado, sino que se habían aventurado en aguas desconocidas. Sin embargo, Allan estaba convencido de que estaban haciendo lo correcto.
Cliff y Mallroy no estaban tan seguros como Allan, pero los amigos coincidieron en que debían investigar la situación. Si era un animal en peligro, necesitaban rescatarlo. ¡No podrían vivir con el hecho de haberlo dejado allí para que muera!
Una aproximación lenta
La embarcación se trasladó por sobre el agua de manera lenta. Los amigos prestaban atención a los lados del barco por si algún peligro los asechaba. Cualquier pedazo de hielo podría dañar el bote y lo último que querían era quedar varados allí.
Las olas habían crecido y provocaron que el barco se moviera más de lo usual. Mallroy le pidió a sus dos compañeros que tengan sumo cuidado. Podrían estar realmente entusiasmados por lo que estaban haciendo pero aún así debían cuidarse el uno al otro.
Más viento y por ende, olas más grandes
Sin aviso, una fuerte correntiada de viento atravesó el mar. Esto provocó que la navegación del barco se dificulte. Para el terror del grupo, aquel viento impulsó al iceberg. ¿Cómo reaccionaría el animal?
A los minutos, el grupo sólo debió preocuparse por el hielo. Estaban aterrados al pensar de que el animal, por haberse asustado haya saltado del iceberg. Mallroy mantuvo sus ojos en el animal. Si tan sólo el barco pudiera haberse acercado un poco más, ella podría identificar con qué es lo que estaban lidiando.
A la cacería del iceberg
La situación había dado un giro peligroso cuando el grupo fue forzado a ir a la cacería del iceberg. No sólo estaban preocupados por su seguridad, sino por aquella fuerza que lograba movilizar el pedazo de hielo de un lado a otro.
Ellos debían moverse rápido para mantener el barco cerca del iceberg. Al mismo tiempo, necesitaban mantenerse cautelosos y atentos a todo lo que lo rodeaba. Para peor, ¡restaba menos de la mitad del día y comenzarían a quedarse sin luz!
El animal comenzó a vislumbrarse
Finalmente se avecinaron lo suficiente a la criatura para comenzar a darse cuenta de lo que podría ser. Podían ver que tenía cuatro patas y lucía similar a un perro. Sin embargo, no había chances de que alguien hubiese perdido a su mascota allí.
Como predijeron, el pobre animal estaba cubierto con una capa de agua fría y estaba temblando de manera incontrolable. Allan, Cliff y Mallroy supieron que era el momento de hacer todo lo posible para salvar al animal, aún si ello significaba poner en riesgo su vida.
¡Animal identificado!
Luego de unos instantes de asombro, los amigos se dieron cuenta de que estaban en presencia de un zorro del ártico. No tuvieron tiempo de pensar cómo es que había quedado allí varado. El animal estaba debilitado y ya había aves que circulaban por encima de él.
No sólo que el zorro estaba en peligro de congelarse hasta la muerte, sino que otros animales estaban ansiosos por conseguir lo que podría ser su próxima comida. Los amigos saltaron a la acción para que este pequeño zorro del ártico pudiera vivir un día más.
Un rescate peligroso
Con poco tiempo para actuar, el grupo necesitaba trabajar en conjunto para idear un plan y salvar al zorro. No contaban con mucho tiempo y aún restaba contestar una pregunta relevante.
¿Confiaría el zorro su vida y la dejaría en mano de los humanos? No había forma de saber cuanto contacto con humanos había tenido previamente este perro salvaje. Esto significaba que, a pesar de sus buenas intenciones, existía una posibilidad real de que no tuvieran la chance de ayudar.
El plan
Cliff, Mallroy y Allan necesitaban un plan para lograr atraer al zorro. En primer lugar, intentaron hablarle con un tono de voz bajo y abriéndole los brazos para ver si el asustado zorro caminaba hacia ellos.
El primer instinto del zorro fue el de correr. Obviamente, no tenía a donde ir y terminó mirando a los extraños humanos que intentaban salvarlo. Él se rehusó a saltar hacia ellos, pero también a abandonar el iceberg.
La paciencia es una virtud
El juego de la paciencia había comenzado. El zorro no mostró interés en los tres amigos. Sin embargo, ellos continuaron demostrándole al zorro su interés en él y decidieron que lo mejor era esperar lo que fuera necesario.
Su paciencia estaba siendo puesta a prueba pero se rehusaron a abandonar. Finalmente, cuando estaban por agotarse su bondad, el zorro comenzó a caminar hacia el barco. ¿Tomaría un salto de fe? El exponer su vida en manos de humanos parecía su única chance para sobrevivir.
¡Zorro a bordo!
El zorro se acercó lo más que pudo al barco. Él no estaba lo suficientemente fuerte como para saltar y abordarlo, y por ello, miró a Allan en busca de ayuda. Allan lo tomó gentilmente y lo colocó en el barco.
Aún los hechos no se habían encausado. Allan y Cliff tomaron toallas para secar al zorro y a la vez que lo mantengan caliente, pero a su vez dudaron en cómo manejar a la asustada criatura. Un mal movimiento y éste podría atacarlos. ¿Cuánto duraría la confianza del zorro en ellos?
Intento de escape
Al estar muerto de miedo, el zorro tomó una mala decisión y saltó por sobre el bote sin aviso. Todos quedaron asombrados al ver que el animal salvaje corría hacia el agua para volver al iceberg.
Los amigos siguieron al zorro hasta que éste se quedó sin energía. Allan lo volvió a tomar de manera cuidadosa y lo colocó nuevamente en el bote. Fue entonces que el zorro se colocó en una de las esquinas del barco y permaneció allí, aterrorizado por la situación en la que se encontraba.
Luego de la mala decisión
Luego del salto, los amigos deberían asegurarse que el zorro del Ártico no se volviera a escapar. Mientras que Mallory estaba ocupado conduciendo el bote de camino a casa, Allan y Cliff le prestaron atención al animal y evaluaron el momento para actuar.
Sabían que si no podían volver a darle calor al zorro, éste podría entrar en un estado de shock por el frío, lo mojado que estaba y las condiciones del clima. El dúo buscó en todo el bote algún elemento para que el pequeño peludo recuperara la temperatura y se sintiera confortable. Y además, nunca quitaron sus ojos de encima del animal.
Un lugar caliente para descansar
Mientras estaba al mando del barco, Mallroy brindó la idea de que había que encontrarle un lugar al zorro en donde se sintiera cómodo y esté caliente. Cliff y Allan sólo podían encontrar serrín, el cual pensaron que podría ser como una especie de cama para el animal.
Al recolectar el serrín, lo comenzaron a colocar en un recipiente de plástico, lo cual serviría para formar una zona agradable para descansar. Colocaron todo el serrín dentro y esperaron que éste sirviese de aislamiento del frío. Luego colocaron este recipiente en el área soleada del barco.
Colocaron al zorro dentro de la cama
Allan, quien a este punto era el encargado de controlar al animal, recogió al zorro del Ártico y lo colocó dentro del recipiente. En cuestión de segundos, el exhausto zorro comenzó a dormir.
Mientras éste se recuperaba, el equipo continuó su vuelta a la costa canadiense lo más rápido posible. El zorro estaba saludable por el momento pero seguramente estaba necesitado de atención médica para asegurar su bienestar a largo plazo.
Sin descanso para los agotados
Aún con 30 minutos que restaban para llegar a la costa, Cliff tomó las riendas del barco y reemplazó a Mallroy. Él tomó la decisión de cambiar el camino de vuelta pensando que quizás no dispondrían de ese tiempo para que el zorro sobreviva. A los minutos, el barco fue golpeado con una ola y el zorro se despertó.
El nuevo integrante del barco miraba a los amigos desde el recipiente improvisado como una cama con una expresión de asustado pero también de exhausto. Con la intención de calmar al zorro, Mallroy sugirió el darle de comer. Separaron un poco del pescado que habían recolectado a sabiendas de que una buena alimentación le sentaría de maravillas, si es que aceptaba la comida por parte de humanos.
Nada de pescado
El zorro ya estaba seco y el recipiente improvisado había ayudado a que se calentara. Mallroy le ofreció al zorro un poco de pescado y cangrejo pero a éste no le interesó. ¡Algo que tuvieran ahí dentro le debería de interesar!
Mallroy decidió buscar entre los suministros personales de la tripulación. Allí encontró unas salchichas de Vienna el cual las sumergió en agua y luego colocó en un bowl en frente del zorro. Éste olfateó el alimento y lo devoró como un animal salvaje. Era la primera comida del día para el zorro y posiblemente más que ello, la salvación.
Volviendo a la costa
Luego de su comida, el zorro volvió a dormirse. Al poco tiempo, el bote comenzó su desembarco en la costa. El ruido de haber regresado a tierra alertó al zorro y Mallroy se posicionó cerca suyo para que éste se calmara a pesar del increíble ruido de los alrededores.
Mallroy le habló de manera suave al animal salvaje que, si bien no lo iba a entender, quizás al escuchar su tono de voz le transmitiría cierta calma. El zorro tan sólo necesitaba relajarse hasta que el barco terminara de amarrarse al puerto.
Encontrar un hogar para el zorro
Ya a salvo en tierra firme, la próxima decisión de los amigos era la de qué hacer con el zorro. Ya estaba con una temperatura adecuada, seco, alimentado y sólo debían cumplir con este último objetivo.
Como su personalidad lo marca, Mallroy tuvo la respuesta. Ella se acordó que existía una zona cercana al puerto que sería perfecta para que se liberara al zorro a lo salvaje. No habría un peligro inminente y ellos lo podrían observar en el momento que se reintegrara a su hábitat natural.
Una habitación con muy buen panorama
No sólo que el nuevo hábitat del zorro era seguro para que re-ingresara a la vida salvaje, sino que también podía contar con una pequeña estructura elaborada improvisada. Esta casa estaba a 10 minutos del puerto y era muy remota.
Ellos investigaron el área en búsqueda de esta caja. Sabían que estaba localizada entre un conjunto de vegetación pero no sabían con exactitud donde. Cliff cargó con el zorro todo el día, se encargó de que estuviera seguro mientras sus amigos finalizaban con la misión de rescate.
Un rescate exitoso
Les tomó un tiempo pero finalmente los amigos le encontraron una casa al zorro. Como lo habían hecho durante todo el día, permitieron que el zorro tomara sus propias decisiones en cuanto era posible. Colocaron el recipiente cerca de la nueva casa y esperaron.
El zorro del Ártico salió del recipiente, se sacudió y caminó hacia la casa, se sentó en la entrada de la misma y comenzó a inspeccionarla. Fue entonces que Mallroy, Cliff y Allan supieron que habían logrado un hecho sobresaliente.
Un hombre pensó que vio a un castor en el lodo pero lo que encontró realmente cambió su vida para siempre
Es muy fácil el tener compasión por los animales. Ellos son genuinamente puros y muy fáciles de alentar para cuando las cosas no van a su manera. Esta historia tiene un poco de todo. Necesitas prepararte a ti mismo para una aventura que te llevará hacia un camino emocionante.
Es triste, pero a la vez inspirador. Es feliz, pero también desalentador. Si te estás preguntando cómo todo ello es posible, estás a punto de descubrirlo. Es una historia sobre el amor genuino de un hombre por los animales y el recorrido que está dispuesto a hacer para demostrarlo.
El día comenzó rutinario
Iba a ser el día en el que la vida de Jim Passmore cambiaría para siempre. Un día que jamás olvidará. Y fue un día que comenzó como cualquier otro.
Él es nativo de la ciudad de Broken Arrow, Oklahoma y ama lanzarse a caminar. Era una mañana de marzo y él actuó como casi todas las mañanas, llevó a sus perros a un paseo por el bosque. Pero no iba a ser tan sólo un paseo...
Jim Passmore
Jim ama la naturaleza y tiene la suerte de tener mucha de ésta en su ciudad natal de Broken Arrow. Siempre ha sido alguien que disfruta de la naturaleza y de lo que ésta tiene para ofrecer. El recorrer las colinas, los lagos azules y algunas de los mejores panoramas estaban a disposición todos los días para este hombre.
Son pocas las cosas que Jim ama más que la vida salvaje y los paseos escénicos en ésta. Y sus perros son unas de esas cosas. Él ama a sus perros más que a nada.
Salió a dar un paseo
El trío -Jim y sus dos perros- recorrían el mismo camino de manera frecuente. Sin embargo, Jim notó un día en el arroyo un hecho extraño mientras tomaba su caminata.
Él se acercó pero le fue realmente complicado descifrar exactamente qué es lo que estaba viendo. Se veía como un tronco flotando en el agua. Pero cuando le dio otro vistazo, pudo ver algo de pelo.
Un animal había quedado atrapado
Parecía que algún tipo de animal había quedado atrapado en el musgo. Jim no estaba seguro por lo que se acercó aún más para ver con qué es lo que éste estaba luchando. Pareció débil pero lo que sea que yacía en el musgo había atrapado al animal en el arroyo.
Jim usualmente camina por alrededor del arroyo durante casi media hora al día pero aquel día la caminata iba a durar mucho más tiempo de lo esperado.
Los perros de Jim actuaron de manera extraña
A medida que Jim se aproximaba al misterio del montículo, notó que sus perros comenzaron a actuar de manera extraña. Sus dos cachorros ya estaban acostumbrados al área en donde estaban ya que la habían transitado en variadas ocasiones, por lo que ello fue especialmente extraño.
Sus perros comenzaron a gruñir de una manera muy singular y no le permitían a Jim que se acercara al montículo del arroyo. Parecía que lo estaban protegiendo de algo, pero él no sabía de que. Luego, sus perros se retiraron de la escena.
El asombroso descubrimiento
Él siguió su intuición y caminó hacia la figura que estaba flotando. En primer lugar, notó la presencia de una jaula para animales. Eso sí que fue raro, pero no podía aguantar el interrogante de saber qué animal era.
La primera idea que se le ocurrió era la de un castor, eso hubiese tenido sentido. Es decir, los castores flotan en el agua la gran mayoría del tiempo. Seguramente sólo estaba transitando un día normal, pero la jaula no encajaba con aquella idea.
Lo que le dio escalofríos
La jaula se veía como un recipiente en el que podrías transportar un animal, por ende Jim miró dentro para ver si podía recolectar alguna información relevante de lo que podría haber estado dentro.
Quizás el castor estaba utilizando la jaula como refugio o quizás era de algunos de los perros salvajes de la zona que la utilizaban como su zona de descanso. Las posibilidades continuaron surgiendo en la cabeza de Jim. Pero, nada de ello estaba en lo correcto. Lo que Jim vio le causó escalofríos.
Fue a propósito
Había heces alrededor de la tierra de la jaula. Jim también encontró una manta que estaba increíblemente sucia y pesaba una tonelada. Justo allí, Jim se dio cuenta que había algo que no andaba bien.
Alguien había presentado la situación a propósito. Habían encadenado a un animal a la jaula y éste ya no estaba allí. Jim también pudo notar que había unas marcas extrañas en la jaula. Y hasta una marca de una gran mordida yacía dentro.
¿Quizás era un castor?
Lo suficientemente extraño fue cuando un castor salió de entre los arbustos y sorprendió a Jim. A lo único que atinó Jim fue a seguir al castor hacia el cauce del río, en donde el animal se detuvo.
Jim no tenía idea de lo que estaba haciendo al perseguir al castor pero sintió que era justamente lo que debía hacer. A unos pasos de distancia de donde estaba el castor, un animal estaba luchando por su vida. Era la misma situación que había percibido Jim hacía algunas horas.