Los Hábitos De Higiene En El Viejo Oeste
La frontera estadounidense, también denominada El Viejo Oeste o El Salvaje Oeste, fue un período de tiempo en la historia estadounidense en la cual sucedió la expansión hacia el Oeste por todo los Estados Unidos. Durante ese tiempo, los pioneros se dirigían al Oeste en búsqueda de "la frontera" con la esperanza de acumular fortunas e iniciar una nueva vida.
La vida en la frontera no era apta para los débiles del corazón y, sólo aquellos que contaban con el coraje de afrontarla pagaban el precio con su higiene. ¡Échele un vistazo a cómo era realmente vivir en el Lejano Oeste, su higiene y cuánto contrasta con la actualidad!
Te Arriesgabas Al Dormir En Una Cama Pública
A pesar de que no todas las camas en la frontera estadounidense estaban elaboradas de paja y heno, algunas de ellas sí. Esto se debía a que no eran limpiadas regularmente, y algunas de estas camas estaban infestadas con lo que se conocían como "ardillas de costura" o piojos. Sin embargo, estas eran tan sólo algunos de los típicos insectos y plagas que se asentaron en el Viejo Oeste.
Las moscas estaban por todos lados, contaminaban la comida con sus larvas, como también los mosquitos aparecían en las estructuras pobremente aisladas. Aún para peor, sólo algunas personas contaban con ventanas y recibían cualquier clase de insectos que merodeaban la zona.
El Jabón No Era Una Prioridad
Un colega de Billy the Kid, Frank Clifford escribió en sus memorias sobre la vida de los estadounidenses en el Oeste, incluso plasmó sus experiencias con el jabón. Él describe un producto denominado "hierba de jabón", con el cual las mujeres mexicanas solían lavar su cabello. Estaba elaborado con la planta yuca y supuestamente dejaba "suave, limpio y lustroso" el cabello femenino.
Si bien algunas personas utilizaban esta hierba de jabón, muchos aldeanos confiaban en el jabón de grasas animales. Estos jabones caseros eran conocidos por ser particularmente duros y generadores de irritación. Aún para peor, el aroma corporal era considerado un hecho en la vida, y muchos creían que ser demasiado limpios los volvería objetos de gérmenes y enfermedades.
El Agua Limpia No Estaba Garantizada
En el Viejo Oeste, toparse con agua limpia era imperativa para sobrevivir, en especial cuando se viajaba. Aún así, no era tan común de encontrar. Incluso cuando las personas creían que se habían topado con agua bebible, posiblemente se trataba de un desagüe proveniente de una letrina río arriba, que la contaminaba.
Por otra parte, el agua estancada era esencialmente venenosa, ya que solía atraer insectos o que ya había sido pisada por caballos. Para peor, el agua de lluvia se recolectaba utilizando cisternas que eran frescas en un inicio, pero eventualmente se volverían imbebibles.
El Polvo Era Parte De La Vida
En el Viejo Oeste, era imposible escaparse del polvo, siempre que estuvieras en el exterior. Las tormentas de polvo eran frecuentes y devastaban a su paso al cubrir pueblos enteros de una capa de suciedad y mugre.
Sarah Raymond Herndon, una joven mujer que viajaba de Missouri a la región de Montana en el año 1890, recordó lo siguiente: "Uf, el polvo, era terrible. Nunca lo he visto ni la mitad de tan negativo, pareciera que está en todas partes. Incluso cuando frenamos, los rostros de los niños quedaban a la vista, todos cubiertos de polvo pegajoso". Por supuesto que, la presencia de tanto polvo también causaba enfermedades respiratorias.
Las Letrinas Eran Una Pesadilla
Como te puedes imaginar, dirigirse a una letrina en un cobertizo que tiene construido encima de sí un hueco a la tierra no era la experiencia más placentera. Si bien nadie tenía problemas por el hecho de encargarse de sus asuntos en el exterior y los matorrales o el bosque, las letrinas solían construirse cerca de los hogares, y cuando el hueco en cuestión se llenaba, era enterrado, y la estructura se transportaba a otro hueco.
Lo que no sorprende, considerando los aromas y las letrinas que atraían cualquier tipo de insectos, era la sencillez con la que podías enfermarte. No existía el papel de baño en aquel tiempo, por lo que las personas confiaban en las hojas, mazorcas de maíz y pasto.
Existían Algunas Clases Diferentes De Shampoo
Si tenías suerte, algunas personas tenían acceso a la hierba de jabón para poder limpiar su cabello, pero ese no era el único método. Además de beberlo, el whisky estaba reservado para varios propósitos, comenzando el hecho de ser desinfectante a ser shampoo.
Cuando se mezcla con el aceite de castor, se utilizaba para limpiar las cabezas, y luego enjuagado con agua de lluvia o suavizante de agua con bórax. Cuando era el momento de las mujeres de darle forma a su cabello, no resultaba extraño que utilizaran lápices calientes o onduladores rudimentarios.
No Era Inusual El Cabello Largo En Hombres
A pesar que el cabello largo podría parecer una complicada situación para mantener higienizado y un hecho que provocaría calor, era una opción popular entre los hombres del Salvaje Oeste, siendo algunos de ellos figuras relevantes de la época y con trenzas.
Sin embargo, los hombres no dejaban simplemente crecer el cabello tanto como querían. Al presentarse en un pueblo, algunos vaqueros tratarían de cortarlo, bañarse, probarse nuevas ropajes y afeitarse. Durante el siglo 19, el cabello más corto se transformó en norma entre los hombres.
No Se Podía Escapar De Las Enfermedades
Debido a las condiciones insalubres en las que muchas personas experimentaban en el Viejo Oeste, era bastante común que aparecieran enfermedades que arrasaban con los asentamientos de la frontera estadounidense. Una de las más prominentes era el cólera, la cual devastó tanto a los nativos americanos como a los pueblerinos.
Las enfermedades aparecieron por todos lados, y era considerado un milagro si te topabas con un campamento o asentamiento y no existía ninguna enfermedad. Según Sarah Raymond Herndon, luego de su arribo a un campamento, "No hay ninguna enfermedad en este asentamiento, es maravilloso como se encuentran todos. Espero que continúe de esta manera".
La Importancia De Un Pañuelo
Uno de los aspectos más icónicos de una vestimenta de vaqueros era su pañuelo o bandana, un elemento con el cual no podían vivir. Éste servía de muchos propósitos como mantener el polvo alejado de sus bocas y narices, además de proteger el cuello del sol, las orejas del frío y demás.
Por supuesto que, Hollywood disfruta de mostrarlos como una forma para que los forajidos oculten sus rostros cuando cometen un robo. Estos estaban elaborados con una variedad de materiales y usualmente eran rojos. Para lucir uno, lo debías de doblar en forma de triángulo y amarrarlo alrededor de tu cuello.
De Barbas Frondosas y Cabellos Largos Cortes Limpios
A finales del siglo 19, mientras que aparecían más productos dentales a disposición del público, se sucedieron nuevos productos para el cuidado del cabello y estilos. Si bien la apariencia inicial de los vaqueros y de otros hombres en el Salvaje Oeste consistía en una barba poblada y cabello largo, ello mutó con la aparición estos productos.
Los hombres comenzaron a ver su cabello extra como otra zona en donde podrían albergarse gérmenes dañinos, por lo que muchos comenzaron a cortarse el cabello y afeitarse para lograr una apariencia más prolija.
No Existía Tal Cosa Como La Higiene Dental
En los años del Viejo Oeste, los cepillos de dientes, pastas dentífricas y cuidado bucal no eran cuestiones que prevalecían. Eso significaba que las personas sufrían de muchos problemas bucales, y cuando un diente generaba inconvenientes, simplemente era removido.
Con la profesión de dentista siendo un hecho poco común, la tarea solía ser realizada por barberos o herreros, incluso "el paciente" en sí la realizaba. Por supuesto que, además de beber o aplicar whiskey, existían varias medicaciones disponibles. Después de todo, el cuidado oral era horrendo y pocas las personas que pagaban por él.
Los Vaqueros Sufrían De Infecciones Fúgicas
Con la imposibilidad adecuada de bañarse durante semanas e incluso meses en aquel entonces, pocos cambios de vestimentas y viajar a caballo todo el día, muchos vaqueros sufrían de infecciones fúngicas.
Algunas de estas infecciones aparecían en la entrepierna, glúteos, axilas y pies. Era terrible vivir con una de estas porque picaban demasiado, quemaban y en ocasiones, el rascarse con las manos sucias sólo provocaban infecciones y la presencia de bacterias.
Olían Como Sus Caballos
Luego de varias semanas siguiendo un sendero, muchos vaqueros eran descritos con "un aroma similar a su caballo". Si bien aquel dicho llevó a pensar que este era el resultado de que un vaquero estaba encima de su caballo durante largos períodos, se trataba de la acumulación regular de las bacterias en la piel y la imposibilidad de ducharse.
Al estar tan sucios, si un vaquero contaba con la mala suerte de sufrir un corte o una abrasión con estafilococo o estreptococo, tenía la posibilidad de impétigo. A pesar de que esta situación no siempre era fatal, estas infecciones eran contagiosas y crónicas entre los vaqueros.
Las Enfermedades Venéreas Eran Rampantes
Lo que no era una sorpresa es que con toda esa actividad íntima que sucedía en los salones y otros establecimientos, muchos hombres y mujeres sufrían de enfermedades venéreas. No sólo que existía poca información o educación sobre estas cuestiones, sino que también no tantas herramientas para curarlas.
Con tantas personas sin el conocimiento de la existencia de estas enfermedades e infecciones, las transportaban regularmente y las expandían a los alimentos. Se rumorea que el legendario Bill Hickock contrajo tal enfermedad e incluso se frotó mercurio envenenado en su piel par aliviar el dolor. A pesar de ello, esta es tan sólo una especulación y no ha sido demostrada.
Beber Alcohol No Era Para Los Débiles De Corazón
Por aquellos tiempos, muchos salones solían servir whiskey que era elaborado con azúcar quemado, alcohol y tabaco masticado, lo cual producía una bebida alcohólica potente. Un apodo para esa bebida fue también "agua ardiente", con los vaqueros encendiendo su whiskey para crear una reacción y probar que el contenido en alcohol era fuerte.
Otra bebida popular en aquellos años era conocido como Vino de Cactus, el cual era la combinación de tequila y té de peyote. Casi todas las bebidas alcohólicas de aquellos tiempos eran más potentes que las actuales, y las personas no se cuidaban al beber. Por supuesto que, todos estas poderosas bebidas provocaron incontables peleas de bares y fallecimientos.
Escupir Se Volvió Un Peligro Para La Salud
En el Viejo Oeste, muchos hombres escupían en productos, y cuando estaban en el salón, lo harían directamente al suelo, en donde había escupideras alineadas en el bar. La saliva del suelo y las escupideras estaban repletas de serrín, el cual se volvió un problema por las enfermedades respiratorias como la neumonía y la tuberculosis.
El aserrín plagado de saliva era hogar de gérmenes. Muchas personas dormían en el suelo cuando el salón era alquilado para quienes viajaban. Por esta razón, el hecho de escupir fue prohibido en muchos lugares a la vez, y a partir de allí quien no cumpliera podía sufrir una multa o ir a prisión.
La Dieta Regular No Estaba Tan Mal
En el Salvaje Oeste, la cocina en la frontera estaba altamente influenciada por el lugar en donde se encontrara la persona y la temporada. Las personas ingerían plantas autóctonas disponibles, así como jugos locales como conejos, ardillas, búfalos y más. Otras provisiones secas, como harinas, frijoles, azúcar, también se utilizarían y repondrían cuando era posible.
La comida solía ser cocinada de manera sencilla con hornos holandeses, sartenes, ollas para hervir y otras materiales pesados. Sin embargo, a medida que los asentamientos comenzaron a crecer, también lo hicieron las opciones alimenticias.
Los Espectáculos Eran Una Cuestión Importante En El Salvaje Oeste
Debido a que la vida en la frontera parecía ser emocionante para aquellos que no vivían allí, las personas de todas partes estaban interesadas en ver cómo era en verdad la vida. Buffalo Bill capitalizó esa curiosidad y estableció El Show del Oeste Salvaje de Buffalo Bill.
Quien era un jinete de pony, soldado y cazador de búfalos, creó un espectáculo en el que se mostraban variados aspectos de lo que era en verdad la vida en el Salvaje Oeste, y la compañía fue redituable. El espectáculo viajaba por todos los Estados Unidos, como también varias zonas de Europa.
La Tez De Las Mujeres Era Importante
Para las mujeres, una apariencia popular en aquellos años era mantener su piel lo más blanca posible, y sin manchas o pecas. Algunas mujeres de clase media y alta lo lograban al blanquear su piel o mantenerse lo más alejada del sol posible.
Si debían salir al exterior, las probabilidades de que la vieran sin un bonete, guantes o mangas largas eran pocas. Desafortunadamente, no todas las mujeres pioneras contaban con ese lujo y debían exponerse al sol. Algunas mujeres también se mostraron en contra de las normas sociales y confrontaban regularmente con el estilo de vida de los vaqueros.
Atacadas a Una Edad Temprana
La familia da esta joven mujer fue atacada y asesinada cuando ella sólo tenía 14 años de edad. Olive Oatman fue secuestrada, junto a su hermana, y esclavizada por sus captores. Luego, fue vendida a la tribu Mohave.
Ambas mujeres recibieron tatuajes distintivos en sus barbillas, lo cual significaba que formaban parte de la tribu. Algunas personas creían que los tatuajes eran para marcar a las mujeres como esclavas, pero esto no se alineaba con la tradición Mohave. En el Salvaje Oeste, las tribus estadounidenses eran denominadas como "Salvajes", un término que brutaliza su historia. Si bien es cierto que fueron responsables de crímenes horripilantes, también los vaqueros al forzarlos a salir de sus tierras en donde tenían sus hogares.