La Increíble Historia De Una Comunidad Con Una Loca Devoción Hacia Un Lobo
Los lobos son criaturas asombrosas, y hasta pueden verse como dulces y amigables perros, pero es importante recordar que éstos son animales salvajes. No son criaturas con las cuales puedas acurrucarte. Debes darle su espacio para que nadie salga herido.
En el 2004, Nick Jans, un fotógrafo de la vida salvaje oriundo de Alaska había llevado a su perro por un paseo por la nieve. Fue entonces que se encontró con dos grandes lobos justo en las afueras de su hogar. Nick estaba temeroso de que el lobo le hiciera daño a su perro o a alguien más, pero lo que sucedió luego, tomó a todos por sorpresa.
Un lobo apareció de la nada
Allá por el año 2004, Nick Jans estaba sentado en la entrada de su casa en Alaska junto a su perro Dajotah al lado suyo. Mientras Nick admiraba el panorama de Alaska, un gran lobo negro salió de por detrás de los árboles y se frenó frente a la casa de Nick.
Antes de que Nick pudiese reaccionar, su perro Dakotah salió corriendo hacia el animal salvaje. Ya sea porque pensó que el lobo era otro perro que quería jugar o estaba preparándose para defender a su maestro del feroz predador.
Los caninos estaban frente a frente
En un primer lugar, Nick estaba aterrorizado. Él estaba con temor de que el lobo le hiciera daño a Dakotah. No estaba seguro de qué es lo que debía hacer mientras que su perro se acercaba cada vez más al gran lobo negro. Fue entonces que ocurrió algo que Nick nunca pudo haber esperado.
Dakotah y el lobo comenzaron a jugar juntos como si se tratara de viejos amigos. Una vez que Nick evidenció que Dakotah estaba a salvo, corrió y tomó su cámara para tomar esta foto.
Un nombre para el lobo
Nick pudo notar que el lobo disfrutaba de desplazarse por aquella área. El lobo solía frenarse allí para reunirse con su amigo Dakotah. Nick pensó que el animal salvaje necesitaba un nombre, por lo que empezó a pensar, y decidió llamarlo Romeo.
A pesar de que Romeo parecía amigable, Nick entendió que se trataba de un animal salvaje. Él lo observó de manera cercana mientras Romeo jugaba con Dakotah pero nunca se le acercó demasiado.
Los otros perros vecinos eventualmente conocieron a Romeo
Poco después de que Romeo conociese a Dakotah y jugaran juntos, él se paseó por el Parque Mandenhall Glacier para ver qué es lo que hacían otros perros. Romeo solía correr entre otros perros locales.
Dakotah le había dado a Romeo la confianza para que pudiese interactuar con otros amigos caninos. Fue entonces que Romeo se convirtió en el centro de atención. Él amaba jugar con otros perros y luchar junto a manadas de ellos.
Las personas rápidamente le dieron una cálida bienvenida
En un principio, las personas del parque estaban temerosas de ver a un gran lobo negro a corta distancia. Algunos visitantes pensaron que el lobo podría atacarlos o dañar a sus mascotas, pero al ver lo gentil que era Romeo al jugar con los otros perros, sus preocupaciones se desvanecieron.
A pesar de que Romeo era mucho más grande que la mayoría de los perros en el Parque Mendenhall Glacier, quienes lo frecuentaban se dieron cuenta que Romeo estaba allí simplemente para pasar un buen rato.
Los perros aceptaron su presencia.
Algunos de los perros del parque estaban escépticos de Romeo. Después de todo, sí que se veía bastante intimidante. Algunos de los perros dudaron de jugar con Romeo en un principio, pero al igual que los humanos en el parque, rápidamente lo aceptaron como era.
Romeo simplemente quería hacer nuevos amigos. Claramente, él estaba deseoso de un poco de interacción social. Quizás, él quedó separado de su manada y estaba en búsqueda de una nueva.
Romeo se comportaba como un perro gigante
Romeo se hizo de amistades con los humanos al igual que de amigos perros. En una entrevista, Nick comentó, "él nos traía juguetes que había acumulado y guardado" y se los llevaba a personas en el parque. Él estaba haciendo todo lo que tenía a su alcance para ganarse a los residentes de Alaska.
Él simplemente quería ser aceptado por las personas y los animales que lo rodeaban. Nick tenía confianza de que Romeo no iba a hacerle daño a ninguna persona ni a sus perros.
Le encantaba que le arrojaran elementos para que él los traiga
Nick detalló mucho más sobre los elementos que Romeo les había llevado a quienes estaban en el parque. Una vez expresó, "una vez trajo un flotador de espuma de poliestireno. Romeo lo tomó y se lo llevó a un amigo Harry para que se lo revoleara".
Quizás Romeo observaba como todo el resto de los perros iban en búsqueda de un elemento y se lo devolvían a una persona y quería un poco de eso. O quizás sólo se trataba de una conducta canina innata. Aparentemente, tanto los perros grandes como chicos aman atrapar objetos voladores.
Romeo sentía que era en parte perro
A pesar de que Romeo no era claramente un perro domestico, él exhibía muchas de las conductas que este tipo de perros sí. Nick añadió que Romeo "claramente entendía alguna de las conductas que apreciamos en los perros".
Romeo había estado entre perros durante tanto tiempo que sabía cómo jugar, y cómo interactuar. No obstante de ser una especie diferente a Dakotah u otros perros en el parque, él encajaba de manera perfecta.
Un hombre, un lobo y un perro
Así que así estaban en la vida salvaje de Alaska, un hombre, un perro y un lobo. Nick no podía evitar pensar en qué tan especial era esa experiencia, los tres disfrutando del terreno, jugando y llevándose bien de manera pacífica.
Nick explicó, "eramos tres especies trabajando en cómo convivir de manera armoniosa. Y lo logramos". No es usual leer sobre situaciones como éstas y Nick apreció la extraña experiencia.
Romeo se sintió como en su casa
Romeo casi que convivió con Nick y Dakotah durante un largo período. Por supuesto, nunca se mudó dentro de su casa. Él aún continuaba siendo un animal salvaje después de todo. Pero sí que visitó al dúo de manera frecuente durante unos seis años.
Si has viajado al Parque Mendenhall Glacier entre los años 2004 y 2009, seguramente habrás visto a un lobo negro jugando junto a perros en aquel parque para canes.
Romeo conectó a la comunidad con la vida salvaje
Eventualmente, Romeo no sólo que se ganó la confianza de la comunidad, sino que se convirtió en una atracción de ésta. Los residentes locales, tanto aquellos con perros como otros que pasaban por el parque, veían al lobo del que todos hablaban y presenciaban a este majestuoso animal.
La comunicad disfrutó del hecho de que pudiesen confiar en un animal salvaje, y él les devolvió la confianza. Para los locales, Romeo era un símbolo importante que todos podían ser uno con la tierra y la vida salvaje de los alrededores.
Las personas se acercaban al lago sólo para ver a Romeo
A medida que la popularidad de Romeo creció, los locales visitaban el lago donde Romeo disfrutaba de jugar con otros perros sólo para ver al lobo. La situación había cambiado mucho desde cuando inicialmente todos -y entendiblemente- estaban temerosos por la presencia de un lobo cerca de sus perros.
Aún así, en un primer vistazo, muchos que no habían escuchado sobre Romeo se aterrorizaban de la idea de que un lobo quisiera jugar con el perro de su familia.
Algunos visitantes se ponían nerviosos
Mientras que todos los locales sabían que Romeo no iba a dañar a nadie, algunos de los visitantes estaban ansiosos por estar tan cerca de un animal salvaje. Es difícil depositar toda tu confianza en un lobo, especialmente en un lobo tan grande y poderoso como Romeo.
Existen tantas historias y cuentos sobre "lobos grandes y malos". En realidad, los lobos no son para nada malos. Simplemente viven acorde a sus instintos.
Todo lo bueno se termina
Romeo "era relajado y tolerante desde el principio" comentó Nick, "como si hubiese caído desde el cielo como un unicornio". Romeo construyó amistad con toda clase de perros, desde collies, a labradores y caniches.
Desafortunadamente, algunas amistades no están construidas para durar para siempre. Eventualmente, todo tiene que terminar. La presencia de Romeo en el Parque Mendenhall Glacier estaba por finalizar. Romeo estaba a punto de sufrir un final fatídico, como el famoso que llevaba su mismo nombre.
Una tragedia de proporciones shakespearanas
Romeo fue nombrado como tal por la figura trágica que creó Shakespeare, y tristemente, él también sufrió un trágico final. Tristemente en 2009, Romeo recibió un disparo y fue matado por cazadores.
Todos los que vivieron alrededor del Parque Mendenhall Glacier sintieron la inmensa pérdida de un querido amigo. Los residentes de Juneau decidieron tener un servicio fúnebre para Romeo, y alzaron una plaqueta en su memoria. Este solitario lobo nunca será olvidado.
Un tributo a medida
Esta plaqueta aún se mantiene en pie en Juneau. Si viajas a Alaska, deberías de visitar el lugar en donde alguna vez Romeo aulló. Los residentes de esta bella ciudad planean mantener la placa en los años venideros.
En la plaqueta se pueden ver las palabras: "Romeo 2003-2009. El espíritu amistoso del lobo negro de Juneau vive en este lugar salvaje". Hay una imagen de Romeo en la placa justo encima de la inscripción.
Él vivirá por siempre en sus corazones
Empero Romeo no circula más por aquellos lares, él dejó una impresión eterna en los residentes de Juneau. Nick disfrutó de conocer a Romeo, y está bastante seguro de que Dakotah también se divirtió con su amigo.
A pesar de que Romeo era un animal salvaje, él fue uno de los animales más amistosos que Nick ha conocido nunca. Aún cuando la caza es en ocasiones necesaria, Romeo no fue disparado para convertirse en comida. Estemos todos más consciente del daño que le hacemos al planeta y a sus criaturas más bellas.
La historia de Romeo persistirá
Poco después de que Romeo falleciera, Nick documentó su relación con su adorado amigo animal en un libro llamado A Wolf Called Romeo -Un lobo llamado Romeo-. Si quieres saber más sobre Romeo y cómo fue su relación con las personas y los perros de Juneau, definitivamente debes tomar una copia del libro de Nick.
Alaska es un lugar increíble lleno de historias sobre el vinculo de los animales con los seres humanos. No mucho más allá de donde vive Nick, una mujer tuvo su propio encuentro con la vida salvaje...
Otra residente de Alaska que se topó con vida salvaje
Pam Aus vive en Unalaska, Alaska. Parte de las razones por las cuales eligió vivir allí es por el vasto arraigo de especies animales que podía ver desde la entrada de su casa. Pam estaba acostumbrada a ver vida salvaje alrededor de su propiedad.
Ella usualmente veía a caribúes pasar por allí, a conejos y liebres que aparecían con frecuencia. Ella no podía imaginarse viviendo en otro lado, amaba el país en donde vivía y todos los animales que la rodeaban en el día a día.
¿Puede tratarse de un nuevo visitante animal?
Un día, Pam escuchó ruidos extraños que no supo reconocer y que provenían justo de las afueras de su casa. Ella sumió que se trataba de un animal que simplemente estaba haciendo todo el ruido, pero no tenía la certeza. Simplemente, ella esperaba que no se tratara de un intruso.
Aún así, Pam estaba muy curiosa por el sonido, por lo que caminó hacia allí de manera cuidadosa. Si se trataba de un animal, ella no quería asustarlo y causar que su reacción sea un ataque.
Pam decidió investigar
Pam decidió acercarse a donde provenía el sonido. Ella se dio cuenta que todo el alboroto se producía justo en la parte de su entrada. Pam le prestó atención a la parte frontal de la casa para ver si podía averiguar de qué se trataba o qué era lo que se movía allá fuera.
Inicialmente, ella se movió despacio en caso de que se tratara de un intruso. Ella no quería atraer su atención y estaba un poco nerviosa.
En un principio, nada parecía fuera de lo ordinario
Cuando llegó al porche, lo primero que visualizó fue a su gato, Gizmo. Gizmo tenía permitido estar en la zona, por lo que nada estaba por fuera de lo común. Gizmo transcurría sus días tanto dentro y fuera de la casa.
Por un segundo, Pam creyó que era Gizmo quien hacía todo aquel ruido, pero lo continuó escuchando aún con Gizmo en frente suyo y sentado. Se debería de tratar de otra especie de criatura.
Gizmo no estaba para nada preocupado
Pam observó a Gizmo y Gizmo la observaba a Pam, luego éste continuó ocupándose de sus propios asuntos. Él obviamente no era el causante de todo este alboroto. Pero si no se traba de Gizmo, ¿qué era?
Pam oyó a otro gato. Quizás era aquel gato quien hacía el extraño sonido. Aunque no era un ruido que Pam podía asociar a otros gatos que había conocido. Ella comenzó a pensar que probablemente se tratara de otra especie animal.
¿Dónde estaba aquel segundo gato?
El nombre del otro gato de Pam es Suitcase, lo cual es el mejor nombre para cualquier gato. En un principio, Pam no pudo encontrar a Suitcase en ningún lado. Suitcase y Gizmo usualmente se mantenían juntos, pero en aquel día, ella no podía hallarlo por ningún lado.
Quizás sí era Suitcase quien estaba detrás de todo el ruido, pero él de repente saltó hacia el porche. Con los dos gatos frente a Pam, ella aún no estaba segura de donde es que provenía el sonido.
¿Se resolverá en algún momento este misterio?
Los ruidos comenzaron a escucharse cada vez menos y Pam parecía encontrarse sola junto a sus dos gatos que amaban pasearse por la nieve. Pam no tenía idea de lo que había causado tanta conmoción hacía algunas horas, pero por entonces, todo parecía bastante calmo en Unalaska, Alaska.
Pam comenzó a pensar que quizás nunca descubriría de qué se trataba tanto alboroto. Ella estaba a punto de olvidar todo esto.
Algo que ella había pasado por alto en una primera instancia
Pam estaba lista para volver dentro cuando Gizmo se paró y caminó hacia el otro costado del porche. Fue entonces que Pam vio algo que había perdido de vista en un primer lugar cuando observó el lugar. Allí estaba, una enorme águila calva sentada en el porche de alrededor de su casa.
Pam había visto a águilas calvas en Alaska antes, pero ella nunca había podido ver a una a tal corta distancia. La mirada que ésta tenía le quitó el aliento durante unos segundos.
Pam se frenó y la admiró
Pam estaba envuelta en un completo asombro. Ella no quería ni mover un músculo para que la criatura no se asustara y volara de allí. Ella simplemente quería observarla durante un momento y tomar algunas imágenes de ésta sentada en su porche.
Luego, recordó que a las águilas les gusta comer mamíferos del tamaño de sus gatos. Esta águila tenía unas garras importantes y se estaba acercando bastante a Gizmo.
El águila no estaba sola
A Gizmo parecía no importarle la presencia del águila. Y tampoco a Suitcase. Pam estaba bastante segura de que el águila no iba a intentar tomar a cualquiera de sus dos gatos -los cuales parecían bastantes retacones y probablemente demasiado pesados para que un águila se los llevara-.
Luego Pam miró a su alrededor y vio a una segunda águila calva en su porche al final de donde empezaba su pasaje a la calle. Pam no podía creer que estaba en presencia de dos águilas calvas en un mismo día.
¿Qué es esto? ¿Otro visitante?
De repente, Pam escuchó otro sonido como de susurro que era muy diferente al sonido que había escuchado con anterioridad. Cuando se dio vuelta, ella vio a un peludo y rojo zorro que estaba ingresando caminando a su porche. ¡La casa de Pam se estaba convirtiendo en el Arca de Noé! Y ella estaba a la expectativa de encontrar a un segundo zorro.
Pam publicó su encuentro en las redes sociales. Ella escribió: "Nuestro zorro, nuestras águilas y básicamente nuestros gatos se llevan muy bien juntos. No siempre se están matando en estado salvaje". Todos podemos aprender algo de estas amistades entre especies. Si los gatos, las águilas, los zorros, los perros y los lobos pueden llevarse bien, nosotros también.