La Enorme Ballena Que Insistió En Interactuar Con Una Buceadora
Lo que comenzó como una rutina de buceo para la experimentada bióloga marina Nan Hauser se transformó en una situación de vida o muerte cuando una enorme ballena jorobada comenzó a empujarla de manera agresiva. Mientras que esta especie suele ser bastante amigable, esta ballena jorobada estaba actuando increíblemente diferente.
La intención de Hauser de mantenerse alejada de la ballena fueron en vano ya que el animal se volvía más y más agresivo. A pesar de esto, Hauser nunca se hubiese imaginado la razón detrás del terrorífico comportamiento de la ballena. A medida que la situación de desarrolló, Hauser descubrió la aterradora causa. Continúa leyendo para descubrir lo que sucedió con Hauser y la ballena, y lo que dejó atónitos a los científicos.
Una experta en vida marina salvaje
Nan Hauser es una bióloga marina veterana que ha pasado gran parte de su vida monitoreando el océano, en particular a las ballenas y a los delfines. Luego de 28 años de experiencia, su carrera la ha llevado a formar parte en incontables misiones de buceo y expediciones en las Islas Cook como también en las Bahamas.
Incluso, Hauser se las había ingeniado para transformar a las aguas territoriales del Pacífico Sur de las Islas Cook en un santuario de ballenas. Ella ha aparecido en algunos programas de Animal Planet, Discovery Channel y National Geographic.
Viajando más allá de la superficie
Una de las expertas en ballenas más renombradas del mundo, Hauser residió en Rarotonga, la isla más grande de las Islas Cook. De esta manera, ella podía estar lo más cerca posible de su trabajo. La nación compuesta de 15 islas es el hogar de 21 especies de delfines y ballenas, además de 600 especies de peces y otras 16 especies de tiburones.
Un día como cualquier otro, Hauser se preparó y buceó en el agua de color zafiro mientras sentía la excitación de cualquier otro día de trabajo. Unos minutos a posterior de ingresar en el agua, ella pudo ver a una ballena emerger de las profundidades.
Ella no reconoció a esta ballena
Mientras que el animal marino rápidamente se le acercaba, Hauser no pudo darse cuenta de que lo que estaba nadando directamente hacia ella era una increíble y enorme ballena jorobada. Este es un tipo de ballena que tiene la capacidad de pesar hasta 40 toneladas y crecer hasta poco más de 18 metros, ¡y estaba enfilando hacia done ella estaba!
Hauser estimó que esta ballena pesaba cerca de 22.700kg. Ella estaba acostumbrada a bucear entre estas bestias subacuáticas y estaba familiarizada con muchas de estas por haberlas monitoreado regularmente. A pesar de esto, ella no reconoció a esta ballena en particular.
Una situación de trabajo común
Como alguien que había transitado décadas nadando en el agua con este tipo de animales, Hauser sabía exactamente como manejar la situación y que no debería de atemorizar o enemistarse a esta criatura de las profundidades. Ella estaba extrañamente asustada en estas situaciones.
Inicialmente, ella no pensó en que existía una circunstancia fuera de lo ordinario a medida que observaba a la magnifica criatura. Sin embargo, cuando la ballena ascendió a la superficie por un poco de aire, comenzó a acercarse hasta generarle incomodidad a Hauser.
Demasiado cerca para sentirse cómoda
La bióloga marina nunca intentó genera un contacto serio con el animal a excepción de quizás acariciarla un poco. Pero esta vez, "en lugar de nadar por al lado mio, ella nadó exactamente hacia mi", le comentó al medio de comunicación NPR en una entrevista. Ella continuó, "y ella no se frenó hasta que me tuvo cara a cara".
Además de su traje de buceo y las aletas, Hauser no tenía otro equipamiento de buceo en adición al snorkel y una cámara. Ella no podía entender lo que sucedía, incluso cuando la ballena la empujó hacia su cabeza.
Prioridad a la vida salvaje
Siendo una capacitada bióloga marina, Hauser sabe como respetar la vida marina salvaje como también a todo el océano en sí. Ella siempre mantiene el mejor interés para los animales en mente y trata de no entrar en contacto con las ballenas con las cuales trabaja a menos de que estén enfermas o varadas en la orilla.
Pero en este caso, fue la ballena la que entró en contacto con ella. Hauser notó que "en mi cabeza estaba muy sorprendida ya que yo escribí ´Reglas y Regulaciones sobre acoso de ballenas´ y yo era la que estaba siendo acosada por una ballena".
Luchó por su vida
La enorme criatura comenzó a dar vueltas en al agua y empujó a Hauser, la agitó mientras la succionaba hacia las profundidades. En un punto, la ballena incluso logró meterla debajo de su aleta pectoral, haciéndola aguantar mientras la sacaba del agua.
Como jefa del Centro de Investigación y Conservación de los Cetáceos, Hauser supo que lo último que debía hacer era que la ballena entrara en pánico. Desafortunadamente, la ballena comenzó a ponerse muy agresiva por lo que Hauser temió por su vida.
Se preparó para morir
La ballena se puso más y más agresiva y empujó a Hauser de manera salvaje hacia las profundidades. Mientras la ballena había estado jugando con Hauser a lo largo de 10 minutos, para ella se sintió como una eternidad. En un punto, la buceadora veterana llegó a admitir: "Estaba preparada para morir".
Ella agregó, "Intenté alejarme de ella por miedo a que me golpeara muy fuerte o que me embistiera con sus aletas o cola y me rompiera los huesos o desgarrara mis órganos (...) si me hubiese mantenido debajo de sus pectorales, me hubiese ahogado".
Mantén la calma frente al peligro
Hauser señaló que ella "no quería entrar en pánico porque el animal sabría que yo sentía peligro". Si bien Hauser se encontraba cotidianamente tranquila alrededor de estos animales, esta era la situación más aterradora en la que había estado involucrada con uno de ellos.
Su siguiente paso era el de descifrar cómo alejarse de la ballena. A pesar de que ella tenía a su equipo consigo, no estaba segura de lo que estos podrían hacer a 8 metros de la ballena. Lo único que podían hacer era ver el horror o esperar por un milagro.
Toda la situación fue grabada
Ya que el equipo estaba investigando, Hauser y un buceador amigo habían estado grabando todo el encuentro. Ambos tenían cámaras, para poder tener material desde bien cerca como fuera posible. El otro buceador nunca había filmado a las ballenas con anterioridad y no sabía de lo extraña que era el peculiar accionar del animal.
Sobre la superficie, un equipo estaba filmando con un drone, temían por la vida de Hauser y abandonaron todas las grabaciones que habían estado tomando. Hauser notó que "ellos no querían grabar mi muerte".
Frenética y asustada
A medida que Hauser intentó de manera calmada quitarse de en medio de la situación, mantuvo un ojo en la ballena para asegurarse de que no la encontrara con la guardia baja. Tras décadas de buceo sin problemas, ella no se había encontrado nunca en una situación tan grave.
La ballena había comenzado a empujarla más y más lejos de su bote y ella veía como sus chances de nadar lejos del animal iban disminuyendo. Debido a que ella estaba tan enfocada en alejarse de la ballena, no tenía idea de lo que yacía en sus alrededores.
No estaban solas
En toda la conmoción, Hauser pudo notar a otra ballena a la distancia, a millas de la orilla. Era muy similar a la actual, con la que estaba lidiando, y aquella estaba también con un comportamiento extraño, causando conmoción, embistiendo su cola contra la superficie.
La primera ballena aún no se había calmado y Hauser se encontraba golpeada y maltratada. Luego, una tercer figura apareció desde las profundidades. Hauser asumió que era otra ballena, hasta que se dio cuenta de lo que realmente era.
No parecía una ballena
Mientras que Hauser estaba intentando con toda su energía el alejarse de no una, sino de dos ballenas en ese punto, comenzó a nadar en dirección al bote del equipo de buceo. Cuando le quitó los ojos de encima a la ballena para prestarle atención a lo que la rodeaba, hizo un horrendo descubrimiento.
Ella se dio cuenta de que la cola de aquel tercer animal no identificado en el agua se movía de lado a lado y no de arriba a abajo como hacen las colas de las ballenas. Por ser una bióloga marina experimentada, supo lo que se encontraba cercano a ella.
Un desarrollo terrorífico
A medida que la tercer criatura se acercó a Hauser, ella se dio cuenta de que estaba en problemas. La ballena ya era el último de sus inconvenientes. No se trataba de una ballena lo que estaba enfilando directamente hacia ella.
Ella recuerda, "En mi mente pasó rápidamente, ´¡Oh por dios!´", pero como una experta en biología marina, ella pudo darse cuenta del animal sólo por el contorno de su físico. Lo que estaba dirigiéndose hacia ella era uno de los peces más terroríficos de todos los océanos. Era un tiburón tigre.
Un predador sanguinario
De manera entendible, Hauser estaba aterrorizada. Tras haber estudiado la vida en los océanos durante toda su vida, ella sabía exactamente que tan agresivos, terroríficos y amenazantes eran los tiburón tigres. Ellos tienen el potencial de crecer hasta casi 8 metros y pesar una tonelada. Este peligroso tiburón que ha atacado a humanos en el pasado, es el segundo en riesgo luego del gran tiburón blanco en ataques fatales contra personas.
Estos pueden encontrarse comúnmente en aguas calientes el las islas del Pacífico, pero no son como el gran tiburón blanco que muerde y luego retrocede. A estos tiburones les gusta cazar y matar, y éste estaba dirigiéndose directamente a Hauser.
Una situación mortal
Hauser estaba ya rodeada de tres criaturas impredecibles, de las cuales una de ellas es reconocida por matar humanos de manera frecuente. En aquel instante, ella estaba mucho menos preocupada por sus problemas con las ballenas y su atención se centró en el tiburón que podría fácilmente atacarla y matarla.
Con pocas opciones a mano y un puñado de segundos, Hauser hizo lo único que le quedaba por hacer. Ella y su compañero investigador, un camarógrafo, regresaron al bote de investigación.
Aliviada de estar viva
Todos quedaron aliviados cuando los dos buceadores se pudieron escapar del tiburón y llegar a salvo al bote. Mientras que Hauser alcanzaba el bote, le advirtió al resto de la tripulación que había un gran tiburón blanco en las profundidades.
A pesar de que estaba exhausta y con moretones, Hauser pudo trepar al interior del bote y agradecer que estaba viva. Luego de recuperar su respiración, se dio cuenta de lo que había estado haciendo la primera ballena jorobada.
Un momento de reflexión
Tras calmarse, Hauser se sentó y observó el material de todo el día en el agua. Le quedó claro lo que la ballena intentaba hacer. Parecía que la ballena jorobada estaba intentando advertirle de que el tiburón estaba presente y que le podría hacer daño.
Ella reflexionó, "quizás el tiburón no iba a atacarme". En su lugar, "el -tiburón- estaba tratando de salvarme la vida". Ella acababa de atravesar una experiencia única en la vida que había sido increíblemente terrorífica a medida que se desarrollaba.
Despidiéndose
A pesar de que Hausen estaba temblando, ella agradeció estar a salvo y más aún a la ballena por haber intentado protegerla. Mientras que toda la tripulación estaba intentando recuperarse de lo que había sucedido, no podían creerlo. La ballena que había intentado salvarle la vida a Hauser nadó hacia la superficie justo al lado del bote.
Seguramente, la ballena estaba asegurándose de que Hauser estuviese bien. Hasta los mojó con su orificio de respiración antes de volver a sumergirse a las profundidades. Hauser gritó "Yo también te amo" antes que la ballena desapareciera entre las olas.
Hubo escépticos
Hasta Hausen admitió, "Soy científica, y si alguien me contara una historia como la mía, no a creería". No pasó mucho tiempo hasta que la noticia de su increíble experiencia llegara a todos los portales del mundo. Aún así hubo varios científicos que creyeron que lo que había sucedido con Hauser y la ballena fue nada menos que imposible.
A pesar de todo, esos mismos expertos declararon que si bien creían que no era posible, no podían descartarlo totalmente. Hauser estaba confiada en que el material grabado iba a probar la situación increíble que se dio, algo que ella pensó que nunca antes había sucedido.