El Cachorro Que Se Rodeó De Chimpancés Para Sobrevivir
Cuando dedicas tu vida a rescatar animales que están en peligro, no puedes evitar cruzarte con animales indefensos sin que te nazca realizar algo para modificarlo todo. Así fue el caso de Jenny Desmond, quien trabaja en un centro de rescate de chimpancés y proteccionismo en Liberia, en el oeste de África junto a su esposo Jimmy.
Un día, mientras estaba encaminándose hacia el refugio, Jenny pudo visualizar un cachorro al lado de la carretera que estaba moribundo. A pesar de que los chimpancés eran su especialidad, Jenny supo que tenía que hacer algo por este perro.
El cachorro estaba a punto de morir
En todo el mundo existen animales que son abandonados y son dejados a que se defiendan por sus propios medios. Éste era el caso de este pequeño cachorro que se encontró en un remoto pueblo de Liberia. Este diminuto animal estaba sentado al costado de la ruta y parecía que lo habían dejado allí para que simplemente esperara su momento de dejar este mundo.
Ninguno de los pueblerinos parecía desesperado para ayudar al cachorro, de hecho parecía que ya por el estar allí, era un problema a excepción de una mujer que quiso alzarlo.
Jenny Desmond se dio cuenta que necesitaba ayuda
La mujer en cuestión era Jenny Desmond. Ella y su esposo Jimmy son los co-fundadores del Centro y Facilidad Para La Protección del Chimpancé -CFPC- en Liberia, al oeste de África. Si bien los Desmonds se encargaban primordialmente de rehabilitar a los chimpancés salvajes y que quedaban huérfanos de tratos ilegales y de intercambios salvajes, ninguna especie era excluida del centro.
Jenny y sus colegas estaban atravesando un pueblo remoto en Liberia cuando ella notó a este pequeño cachorro tirado al lado de la ruta.
¿Quién sabe cuanto tiempo había sufrido estas condiciones?
Cuando se frenaron para ayudarle, Jenny notó de inmediato que el cachorro tenía gusanos y que estaba realmente enfermo, con fiebre, aunque estas dos cuestiones negativas eran algunas de las que sufría el animal. En adición a estar totalmente desnutrido, el cachorro también tenía infecciones en su piel y ojos.
Jenny quería llevarlo al centro de rescate para mejorar su estado de salud pero ella no podía hacerlo sin escuchar lo que le había sucedido en palabras de los pueblerinos cercanos.
Jenny discutió con los pueblerinos
En una circunstancia muy extraña, Jenny debió afrontar bastante resistencia por parte de los pueblerinos para llevarse al cachorro que intentaba rescatar. Ella no quería pagarles para poder llevárselo, en especial cuando nadie se estaba haciendo cargo de él. "Lo pueden ver que se lo están comiendo estando vivo" les comunicó, al tenerlo junto a su vestido.
"¿Quieren que lo deje aquí y que muera?" les preguntó. El rescatar a este cachorro no iba a ser tan sencillo como Jenny pensó.
Ella juró que no lo llevaría devuelta a aquel lugar
"Si el perro mejora, ¿quieren que se lo traiga devuelta?" Jenny les preguntó a los pueblerinos en un video. Esa era una razón valedera para que les permitieran a Jenny que se lleve al cachorro.
"No lo traeré devuelta. Sólo les estoy avisando", fueron las palabras de Jenny mientras se alejaba con el auto del lugar. Ella estaba segura de que el cachorro no podría tener una buena vida en aquel pueblo.
Ellos no estaban seguros de que el perro sobreviviría
Era positivo que Jenny haya rescatado al cachorro enfermo al momento en el que lo hizo. Ella estaba segura de que el perro podría haber muerto en cuestión de uno o dos días si es que ella no lo rescataba.
Luego de unas observaciones, se dieron cuenta de que el perro no contaba con parches de pelo en varias partes de su cuerpo y que su piel estaba cubierta de suciedad y excremento. Jenny quería que el cachorro tuviese una chance para pelear la vida aún cuando parecía que no podría lograrlo.
Lo refregaron
Cuando llegaron al santuario, lo primero que hicieron era darle un baño, que era lo que el perro más necesitaba. Jenny y sus colegas refregaron la piel del perro para limpiar la capa de suciedad que se había formado entre la piel del cachorro mientras él se sentaba indefenso debajo del agua.
Este era un accionar natural para Jenny. "Ella ha rescatado a un montón de animales. Ella salvó a pollos, a saltamontes, búhos... a varias especies" explicó una colega de Jenny. Ella nunca se había dado vuelta ante una necesidad animal de cuidado.
Nombraron al cachorro Snafu
Los Desmonds decidieron llamar al pequeño Snafu. Cuando éste arribó por primera vez al CFCP, Snafu era un cachorro frágil y tímido. Estaba claro de que no contaba con la fuerza necesaria para seguir adelante.
Pero de manera sorprendente, Snafu se recuperaría de manera muy fuerte en cuestión de días y parecía que todo el esfuerzo del rescate era recompensado. En un principio, había muchas acciones importantes que se debían hacer para cuidarlo.
El tratamiento era el paso a seguir
De inmediato,Snafu recibió un tratamiento para que pudiera comenzar con su sanación. Jimmy Desmond era un veterinario de la vida salvaje y consultor que se especializaba en enfermedades emergentes y en los intercambios ilegales de vida salvaje.
Jimmy administró el tratamiento interno del cachorro que le brindaría ayuda a todo el cuerpo del animal. Era muy probable que el cachorro sufriera muchas infecciones y que ello podría derivar en una enfermedad fatal de no haber sido rescatado al momento en que lo fue.
El cachorro estaba tan hambriento que se comía sus propios músculos
Snafu estaba tan desnutrido y hambriento que comenzó a comerse sus propios músculos. Jenny y Jimmy se aseguraron de que éste tuviese suficiente comida y agua para poder nutrirlo nuevamente y que comenzara a sanar.
Cuando le fueron dado tanto agua como alimento, Snafu ingería por completo toda ración que le era acercada. Esto dejó en claro que durante mucho tiempo el animal había sido privado de las necesidades básicas de ser alimentado en aquel pueblo.
Su pelo comenzó a crecer al cabo de cinco días
Al llegar el quinto día bajo el cuidado de Desmond, el pelaje del cachorro comenzó a crecer nuevamente. "Ni siquiera parecía que podría tener pelo algún día" Jenny se refirió a la sensación que le dio el primer día en que lo vio.
"Éstas solían ser partes de piel que se caían y ya no hay mucho rastro de ello por suerte" continuó. El cachorro mostraba increíbles signos de mejoría en menos de una semana de cuidados.
La recuperación de Snafu se vio frenada
"Todos los días nos parecía que estaba mejorando pero la mayoría de los animales que rescatamos tienen un día en el que todo puede cambiar" explicó Jenny. De manera lenta pero segura, aquel día le llegaría a Snafu.
Una cosa es cierta, el espíritu de Snafu definitivamente se había modificado desde que ingresó a CFCP. Aquel perro tímido comenzó a trasladarse por todos lados y a buscar compañeros de juego a medida que conocía su nuevo ambiente.
Le colocaron el "Cono de la verguenza"
A medida que Snafu se transformó en un perro más juguetón, los Desmond tenían que ser más cuidadosos en su tratamiento. Cuando lo trataron por primera vez, Snafu tenía múltiples heridas abiertas y que estaban llenas de pus. "Él estaba comenzando a sanar gracias a la medicina pero luego comenzó a morderse a sí mismo, por ello le colocamos el collar" explicó Jenny.
Parte del tratamiento de Snafu se basaba en tener que lucir ese Cono de la vergüenza, aunque creemos que Snafu no estaba para nada avergonzado de estar sanando.
Snafu creó una amistad con los chimpancés rescatados
Aún con el collar de restricción alrededor de su cuello, Snafu se sentía lo suficiente a gusto como para interactuar con todos en el santuario, en especial con sus nuevos amigos animales. No sólo que no le molestaba el compartir alimento con otros perros más grandes que estaban en la propiedad, sino que ¡también se llevó muy bien con los chimpancés!
Por su parte, los chimpancés amaban contribuir en la sanación de Snafu al ayudarlo a bajar las escaleras cuando aún era muy pequeño.
Snafu creció esencialmente rodeado de chimpancés
Bajo la vigilancia de los Desmonds, no transcurrió mucho tiempo para que Snafu comenzara a sanar pero tampoco para que aumentara su físico. En un año, Snafu se había convertido en todo un perro adulto y estaba lo más feliz posible.
No sólo eso, él estaba feliz de poder relacionarse con los chimpancés rescatados que habían crecido en el santuario. Snafu realmente había conseguido una segunda chance para vivir, aunque éste no era el final de su historia.
El futuro de Snafu era incierto
Snafu se veía como un perro totalmente diferente a tan sólo un año de haber sido rescatado. Gracias a Jenny y Jimmy Desmond, quienes tenían los recursos y el corazón lleno de amor fue que Snafu pudo recuperarse por completo.
La vida parecía bastante perfecta hasta ese punto para Snafu, pero de repente, los Desmonds se dieron cuenta de que no podían hacerse cargo durante más tiempo de él. A medida que el tiempo pasaba, nuevos animales necesitaban de su atención, y no había suficiente espacio en el santuario para él.
Los Desmonds querían que Snafu tuviese la vida que se merecía
Muchos animales encuentran su lugar de sanación en el CFCP pero no es usual que se salgan de allí. Aunque Jenny nunca discriminó a algún animal del cual cuidó, ella supo que su prioridad, al igual que la de Jimmy era la de mantenerse ocupados rescatando chimpancés.
Aún así, querían encargarse de que Snafu consiguiera la vida que se merecía. Ellos necesitaban pensar en una solución para que pudiera continuar teniendo el amor que necesitaba.
Ellos no le podían dar a Snafu la atención que merecía
Jenny y Jimmy estaban enamorados de Snafu y estaban orgullosos de su recuperación, pero su trabajo en el santuario siempre estuvo en primer lugar. El comandar el CFCP involucraba mucho trabajo en viajes y especialmente en rescatar a chimpancés en todas partes de África.
Ellos sabían que todos esos viajes iban a prohibirles la posibilidad de que Snafu recibiera toda la atención que merecía. Por suerte, pensaron en la solución ideal para esta situación.
Las sobrinas de Jenny adoptaron a Snafu
Jenny conocía a la persona perfecta para que adopte a Snafu y esa era la familia de su hermana que vivía en Colorado. "Él se mudará a Colorado para vivir con mis sobrinas y tendrá una vida maravillosa" recalcó Jenny.
"Tan sólo mírenlo, tan tierno, feliz y gordito" agregó. Sin dudas era un gran paso positivo desde el momento en que Jenny encontró a Snafu a un lado de la ruta aquel día. Ella sólo podía esperar que Snafu disfrutara el resto de su nueva vida.
Snafu está prosperando en Colorado
Snafu amaba a su familia en el Centro de Rescate y Protección de Chimpancés. Ella amaba en especial a sus nuevos padres que había encontrado en Jenny y Jimmy, quienes esperaron que continuara igual de alegre al momento de trasladarse a Colorado.
Por fortuna, ¡este fue precisamente la situación! Snafu ama poder jugar con las sobrinas de Jenny y tener una nueva familia que le daba toda la atención que necesitaba, al igual que lo que ocurría en África.