20 Dulces Mexicanos Que Ya No Existen Pero Extrañamos
Sucede a veces que cuando eres niño hay un dulce que te encanta y que venden en todos lados y que piensas que siempre podrás comer, pero un día lo buscas en el súper, en tienditas y hasta en dulcerías y heladerías especializadas y nada, ya no existe. Pero, ¿cómo? ¿a dónde se fueron mis dulces tan amados de la infancia? Tan buenos que eran. Y dejaron estos que a nadie le gustan. Pues veamos algunos que tal vez no le gustaban a tanta gente como creías, porque ya no existen, o volvieron como zombies.
Sugus
Estos pedacitos de caramelo suave que, sin llegar a ser un chicloso pegajoso e indigerible como los Ko-Ri, ofrecían una mezcla de sabor y de placer al mascar, eran muy famosos en todo México. Sin embargo un día la marca desapareció y aunque hoy existen los Gudus, que intentan ser lo mismo, la experiencia está muy lejos de ser igual, tanto en sabor como textura, a los Sugus de antaño.
Papa con catsup
Las Catsupapas fueron muy famosas en la mimsa época que las Pizzerolas, las Quesabritas y los Rancheritos, sólo que esta botana es la única que jamás ha regresado mas que por un breve tiempo que no duró porque, la verdad, no sabían para nada igual. No es que supieran a catsup, sino que sabían a papas con catsup. En los anuncios salía gente comiéndolas junto a una alberca y todos eran felices. Qué tiempos.
Teem Up!
El refresco Teem se vendió por muy poco tiempo en México, entre 1979 y 1982, y pretendía ser la competencia a nivel nacional de las marcas Sprite y Yoli, que se producía entonces solamente para su consumo por turistas sedientos en Acapulco. Nada demasiado memorable respecto de Teem, sólo un recuerdo de un refresco que sabía como a Sprite y que fue reemplazado por el Seven Up!
Un salto de sabor
Mientras que otros pastelitos como el Gansito nunca han desaparecido y otros han vuelto de ultratumba, como el Chocotorro y el Dálmata, el Flipy al parecer desapareció por siempre y no volverá jamás a deleitarnos con su relleno ¿de fresa o moras? y cubierta de chocolate con chispas de "vainilla" y de "fresa". Adiós, capitán Flipy.
Esponjitas
En la década de 1980 había dos o tres dulces que estaban por todos lados, las cazuelitas, los mazapanes, los miguelitos y las esponjitas. Todos aún existen, pero las Esponjitas, que son sólo discos de azúcar con colorante y saborizante supongo que muy artificial, y que no tienen nada de esponjoso excepto la apariencia, desaparecieron y luego volvieron estilo zombie. Ya no saben a lo mismo, tristemente.
Abejitas
Las Abejitas o, como probablemente tendrían que llamarse si la publicidad fuera sincera y veraz, Diabetes en Bolsita, eran nada más bolsitas con un líquido, supuestamente de varios sabores aunque todos sabían igual. el líquido era agua con azúcar y colorante, y ya. El reto era abrirlo y comerlo sin que se saliera y te ensuciara el sueter de la escuela otra vez, porque ahora sí tu mamá te mata.
Adiós, Bambidedo
Cuando Nestlé absorbió a cuanta compañía de helados que pudo en México y mandó a la quiebra al resto a principios de la década de 1990, decidió consolidar sus marcas bajo un mismo nombre, Helados Holanda, y con ello sentenció a muerte al Bambidedo, que basaba su nombre en los Helados Bambino. No tenían nada de especial, excepto por la forma. Mientras se vendieron, en las calles se podía a ver a chicos y a grandes chupando un dedo de hielo y sabor a grosellla y uva. Qué recuerdos.
Chi-clo-so
No es chicle, no es caramelo duro, no es caramelo suave, no es cajeta, no es líquido. Es un chicloso. Ko-Ri, el chicloso más famoso en las décadas de 1960 a 1990 ya no existe, ni volverá a existir en su forma original porque seguramente más de un niño se ahogó al tratar de comer más de uno al mismo tiempo. Eran duros y muy dulces hasta que se aguadaban y entonces eran una masa inmanejable y ya perdían todo su sabor "a chocolate".
Motitas
Las motitas eran un chicle que servía para hacer bombas. Su atractivo, anunciado desde su logo, era que se te reventaría la bomba y te dejaría unos bigotes como de gato, o leopardo o algo así. Aunque duraron más que su sabor, las Motitas desaparecieron en silencio y sin dejar rastro en algún momento de los últimos años. Tal vez vuelvan si se vuelve a poner de moda hacer bombas con el chicle.
El Villano Reventón
El final de la moda de hacer bombas con el chicle a mediados de la década de 1990 se cobró varias vícitmas, entre ellas al Villano Reventón y a su marca de chicle más odiada, el Futy Gom. Famoso por ser el único chicle que el Villano no podía reventar con su aparato especial, el chicle era más bien plasticoso en sabor y textura y desapareció del mercado sin que muchos se acordaran de cómo se llamaba. Lo que quedó en el recuerdo fue el Villano Reventón.
La entrevista sin paleta Vampiro
Otra víctima de la homologación de las marcas de Helados Holanda, la Vampiro era la paleta favorita de muchos niños y adultos. Mezcla de sabor grosella, muy parecido al Bambidedo, pero con mucho más colorante rojo, para que te dejara la boca y lengua pintada de rojo "sangre" como si fueras un vampiro, estas desaparecieron y en su lugar nos dejaron Magnums y otras cosas que están bien, pero no como un Vampiro.
Chupirul
Los Chupirules venían envueltos cada uno en un plástico muy difícil de quitar, lo que hacía que muchas veces perdieras el antojo de comerlos nada más de imaginarte tener que abrirlo. Pero si lo lograbas, el sabor del saborizante que le agregaban a este pirulí con muchos colores era de lo más sabroso y empalagoso. Aunque aún existen los pirulís genéricos en dulcerías sin marca, ya se venden menos, suponemos que por el peligro de picarle un ojo al compañero con la punta de la paleta en cono invertido.
¿Joya o dulce?
Durante la década de 1990 hubo una fiebre por los chupones. Ya fuera para colgar de collares o pulseras o aretes o para comer, estos aditamentos para niños estaban por todos lados. En este caso se trataba de un dulce semirígido, con sabor a fresa, que venía sobre un "anillo" para que lo pudieras comer sin utilizar tus manos o algo así. No puedo decir que los extrañe particularmente.
Sube y masca
Durante años hubo muchos helados cuya forma cilíndrica estaba pensado para que los empujaras desde abajo y así no corrieras el peligro de tirar el helado al piso y ensuciarte. Esta idea llegó a su máximo con el Subilín Bombilín de Holanda que, hacia finales de la década de 1990 y con el auge de los Simpson decidió mezclar la idea de una paleta helada con chicle. No tuvo mucho éxito la idea, porque el chicle no sabía bien después de estar tanto tiempo congelado, pero se le recuerda con cierto cariño.
Caballeros del Tazo
Estas papas de los caballeros de Zodiaco incluían unos Tazos (discos para jugar a voltearlos aventando unos contra otros, con diseños de personajes) y lqa verdad es que no tenían ningún sabor especialmente memorable en sí, sino que los niños los compraban por la serie y por completar la colección de Tazos que venían en cada bolsa. Desaparecieron antes de que terminara la batalla en el templo de Acuario.
Dortos Salsa Verde
Estos Doritos no estuvieron mucho tiempo en el mercado, pero vaya que tuvieron seguidores que los pidieron de vuelta. Y luego volvieron en la marca de Tostitos, que es lo mismo sólo que redondos y saben igual, pero los fanáticos de los Doritos Salsa Verde juran que no, que saben diferente y que algo cambió entre su triangular muerte prematura y su regreso como zombies redondos.
Helado triangular
Cuando a Helados holanda se le ocurrió la idea de ganarle el mercado a los traingulitos congelados que la gente se hace con Boings y con helados en plástico, no se imaginaron que crearían un grupo de seguidores que pedirían el regreso del zombie Raspatito. Así que recientemente el Raspatito volvió del más allá, aunque sólo en sabor limón, y como experimento para ver si hay interesados en comprarlos ahora que cuestan más que cuando se fueron la primera vez.
Sin nicotina
Descontinuados por culpa de la corrección social sobre la mala costumbre de fumar, los cigarros de chocolate venían en cajitas parecidas a las de verdad, con "marcas" similares como Watson, Maldoro, Camello, etc. La verdad es que además de ser muchos chocolates por cajita, eran muy sabrosos. Eso sí, suerte pelándolos sin que se rompieran.
Lunetas
Antes de que hubiera M&Ms en México en los cines uno compraba lunetas y palomitas. Con un sabor un poco menos chocolatoso y más carameloso que los famosos dulces de la "M", las lunetas fueron descontinuadas y luego volvieron pero ya sin la gloria ni el sabor, ni la ubicuidad en las salas de cine, que las caracterizaba. Se supone que el nombre venía de su forma un poco elongada y no redonda.
Piedras o dulces
Condenados a desaparecer cuando el costo de la licencia fuera incosteable por la poca popularidad de la serie Los Picapiedra, los piedrulces eran nada más el modo que encontró algún emprendedor avispado para vender dulces mal formados y poco acabados, sin control de calidad en la forma, pues, a niños incautos. Un poco parecidos a los Nerds, pero sin ser tan suaves ni sabrosos.